En los últimos cien años, hemos presenciado un avance significativo en cómo las ciudades pueden gestionar y preservar su agua. En el pasado, una ciudad necesitaba situarse junto a un lago, río u otra fuente natural para garantizar su supervivencia; el acceso al agua siempre ha sido una condición fundamental para el desarrollo humano. Durante siglos, la humanidad ha recurrido a métodos de purificación primitivos, como el uso de plata coloidal en el agua para mantenerla potable. Sin embargo, hoy en día, la tecnología ha transformado completamente el modo en que aseguramos el suministro de agua, permitiéndonos vivir alejados de fuentes naturales y, aun así, tener acceso confiable a este recurso esencial.
En la actualidad, existen empresas dedicadas exclusivamente al ciclo completo del agua: la purificación, el mantenimiento de las redes y la distribución a todos los usuarios. Estas empresas siguen normas estrictas y protocolos que aseguran que el agua sea de la máxima calidad. El problema, sin embargo, no reside tanto en la purificación o la calidad del agua entregada, sino en las infraestructuras que soportan este sistema, en especial las redes de tuberías. Muchas de estas tuberías han estado en uso durante décadas, algunas incluso más de un siglo, y presentan numerosos problemas como el desgaste, el desperdicio de agua y las fugas. Este tipo de daños no solo representa una pérdida de agua sino también de los recursos invertidos en su purificación y transporte.
Para que una ciudad sea verdaderamente inteligente en términos de agua, es necesario abordar los retos estructurales y de comportamiento que existen en la sociedad moderna. A continuación, presentamos los tres puntos críticos que cualquier ciudad del futuro deberá considerar para garantizar el acceso sostenible al agua.
Es fundamental que las ciudades examinen sus fuentes de agua, analizando tanto su capacidad como su sostenibilidad a largo plazo. El cambio climático está afectando de forma radical los patrones de disponibilidad de agua en el mundo. Los períodos de sequía son más largos y severos, y las fuentes tradicionales de agua están disminuyendo en muchas regiones. Para adaptarse a esta realidad, es esencial pensar en métodos innovadores para la recolección y conservación de agua, como la captación de agua de lluvia, el reciclaje y la reutilización de aguas residuales, y el uso de tecnologías avanzadas de desalación en zonas cercanas a cuerpos de agua salada.
La conservación de estas fuentes no solo implica preservar la cantidad de agua disponible, sino también proteger su calidad. A medida que el clima cambia, también cambian las condiciones de estas fuentes, con mayores riesgos de contaminación debido a incendios forestales, inundaciones y otros fenómenos extremos. Por lo tanto, cada ciudad debe integrar en sus planes de manejo del agua un enfoque anticipado que incluya estrategias de mitigación y adaptación para proteger sus fuentes hídricas, asegurando su viabilidad a largo plazo.
El transporte del agua desde las fuentes de recolección hasta los usuarios finales es un pilar fundamental de cualquier sistema de agua urbano. Sin embargo, el envejecimiento de las infraestructuras, especialmente las tuberías, plantea un problema mundial. Hoy en día, prácticamente ninguna ciudad del mundo está libre de fugas o pérdidas de agua en su sistema de distribución. Estos escapes no solo resultan en una pérdida directa del agua potable, sino que también reflejan una ineficiencia que amenaza la sostenibilidad del sistema. Estudios indican que la pérdida global de agua debido a fugas es alarmante, y muchos países enfrentan un desperdicio que podría abastecer a millones de personas.
Peru https://pqs.pe/actualidad/el-70-del-agua-bombeada-a-las-ciudades-se-pierde-por-fugas-en-tuberias/
Brasil https://blog.novus.com.br/causas-y-consecuencias-de-las-perdidas-en-los-sistemas-de-suministro-de-agua/?lang=es
Argentina https://mercado.com.ar/protagonistas/en-argentina-la-perdida-de-agua-por-fuga-equivale-al-40/
Chile https://www.iagua.es/noticias/chile/14/06/17/chile-pierde-un-tercio-del-agua-potable-que-produce-50991
Colombia https://www.infobae.com/colombia/2024/09/20/aumento-el-indice-de-agua-perdida-en-bogota-en-medio-del-racionamiento-40-es-por-fugas-y-conexiones-ilegales/
Mexico https://grupoincotex.com/noticias/sacmex-incrementan-fugas-de-agua-en-la-ciudad-de-mexico/#
Estados Unidos https://www.sfpuc.gov/es/learning/conserve-water/leak-alerts-find-and-fix-leaks
Para enfrentar este problema, es necesario un cambio radical en los materiales utilizados en las tuberías y en la infraestructura general. El cambio hacia nuevos materiales que ofrezcan mayor durabilidad y resistencia es una meta ambiciosa pero posible. Las investigaciones actuales sugieren que, en un plazo de diez a quince años, podríamos observar una transformación significativa en la infraestructura de agua si los gobiernos priorizan esta inversión. Sin embargo, el obstáculo más grande sigue siendo el costo y la magnitud del trabajo necesario para realizar estos cambios. Esta "excusa" ha retrasado la implementación de soluciones efectivas, lo cual es preocupante dado que el agua es cada vez más escasa y su conservación es vital.
El desperdicio de agua a través de tuberías defectuosas es, literalmente, agua que se nos escapa de las manos. Las autoridades deben reconocer la urgencia de renovar esta infraestructura, no solo como una inversión económica, sino como una inversión en la seguridad y el bienestar a largo plazo de sus ciudadanos. Cada gota que se pierde en estas fugas es una gota menos para las futuras generaciones.
El tercer desafío reside en el comportamiento humano, tanto a nivel individual como colectivo. La industria y el consumo humano son dos de los principales factores que contribuyen al derroche de agua. Las personas utilizan productos que requieren enormes cantidades de agua para su producción y, en muchos casos, ignoran el impacto que tienen en el consumo de agua global. Aunque campañas de concientización nos invitan a "ahorrar agua" y "no desperdiciar", estas medidas suelen ser insuficientes si no se abordan las causas profundas del malgasto.
La realidad es que las empresas también tienen una gran responsabilidad en este asunto. El concepto de "cero responsabilidad" hace referencia a cómo muchas industrias externalizan el impacto de sus operaciones sobre los recursos naturales, trasladando la carga al consumidor final. Mientras los ciudadanos son exhortados a reducir su consumo, las empresas continúan promoviendo productos que requieren grandes cantidades de agua.
Es importante que el cambio hacia un consumo responsable de agua sea una responsabilidad compartida. Las políticas de sostenibilidad deben incluir la regulación de las prácticas industriales y el fomento de productos de bajo consumo hídrico, así como programas de educación para que los ciudadanos comprendan la importancia de cada litro de agua. Cada gota cuenta, y cada elección que hacemos puede contribuir a un futuro más sostenible.
